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Reflexiones sobre marketing de retail y fabricantes, tras 29 años en una empresa líder de retail y en colaboración con un gran número de fabricantes.


lunes, 21 de julio de 2014

CONSEGUIR QUE EL CLIENTE VUELVA MAÑANA



El objetivo final de la relación con nuestros clientes, no debe ser otro que conseguir cubrir sus necesidades satisfactoriamente y con ello obtener un vínculo de confianza que se transformará en la repetición de su experiencia con nuestro producto o servicio.

Un buen indicador de la salud de un negocio, es el índice de repetición de nuestros clientes. Feargal Quinn, creador de la cadena de supermercados Superquinn en su libro “El cliente ante todo“ lo ilustraba perfectamente con lo que él llamaba el principio del boomerang, contándonos como su padre propietario de un camping, medía el éxito de su negocio con el número de campistas que repetían de una temporada a otra.

Si conseguir captar un nuevo cliente nos es tan costoso, por que empeñarnos en perderlo, o no hacer lo posible para que repita que al final es lo mismo. Esto es perfectamente aplicable a cuando lo que ofrecemos es un nuevo producto, tanto tiempo invertido en su desarrollo, implantación, lanzamiento para que con la primera experiencia de consumo se vaya todo por la borda.

Aunque obviamente hay negocios que se pueden sustentar en la venta puntual y no repetitiva, por la tipología del producto, de la ubicación, de la temporada, etc. No debemos olvidar que en estos negocios siempre estaremos  condicionados a otras situaciones,  que posiblemente no podamos controlar, como son el azar en la elección del sitio, la climatología, modas pasajeras, etc.

Además de que una mala experiencia, aunque sea puntual y con escasas posibilidades de repetición por el cliente, al final siempre llegará a terceros y futuros clientes potenciales. Más hoy si cabe en la era de las redes sociales.

El titulo del conocido articulo de Mariano José de Larra “Vuelva usted mañana”, debería ser el leitmotiv, de cualquier empresa, obviamente desde la perspectiva positiva, de buscar repetir una buena experiencia y no la de, como en el articulo mencionado, la desagradable obligatoriedad de tener que pasar por el aro.

martes, 15 de julio de 2014

FUERZA DE VENTAS: EL ÉXITO EN LAS VENTAS EMPIEZA DESDE DENTRO DE LA ORGANIZACIÓN.



En una sociedad en la que escasean los valores, pretender que “la lealtad” a tu empresa, marca, servicio que prestas, etc. por parte de los empleados que la componen, surja de forma espontánea, no deja de ser una utopía.

Nunca he compartido la postura  de quien confunde libertad de elección como usuario, con la coherencia y el respeto a la empresa o actividad que realizas. No en vano, otra actitud muestra que estas renegando de aquello que eres participe.

Lo mismo que no entenderíamos, que un famoso que hace de prescriptor de un producto, muestre que consume otro de la competencia en público, en una relación puramente mercantil, sin haber lazos emocionales, de participación, creación, desarrollo, etc. es menos asumible cuando estos últimos si existen.

Independientemente de cuales sean las causas, las  habrá de todos los tipos, con y sin justificación, que no entro a valorar al fin y al cabo esto es un post sobre marketing y no sobre ética, si quiero  hacer hincapié en lo que para mi es una máxima en la venta “La primera persona que necesita creer lo que transmite, es quien realiza la acción de ventas “

Por ello, no estaría de más que desde la perspectiva de la empresa, buscáramos algunas respuestas:

-¿Cuanto tiempo le has dedicado a tu fuerza de ventas, a que crea en el producto? ¿Esta realmente convencida? ¿Que transmite su actitud?

-Si eres un distribuidor: ¿Dónde compran tus empleados? ¿Qué y cuanto uso hacen de la tarjeta de compra del establecimiento? ¿Utilizan los servicios que la empresa ofrece? ¿Cuáles son las razones para ello?

-Si eres un fabricante; ¿Cuantos de tus empleados forman parte del panel de clientes en el que testas un producto?  ¿Por  que no aprovechar su opinión como usuarios, y además involucrarlos desde el principio en el negocio?

Esta forma de actuar en las empresas debe ser sincera, que realmente se crea en ella, en caso contrario solo se conseguirá una actitud de pose o lo que es peor un efecto rebote porque el empleado se sienta “obligado”.

Empieza la batalla de la venta ganándola  en casa, el éxito empieza desde dentro de la organización, difícilmente lo lograras si ya partes con el enemigo en  casa.

No olvidemos que las palabras conmueven, pero la actitud arrastra.

lunes, 7 de julio de 2014

NUEVOS PRODUCTOS: INNOVACION O HUIDA HACIA ADELANTE



Es habitual oír, que el valor diferencial de la marca es la investigación, la creación, el desarrollo, la búsqueda de soluciones a las necesidades de los clientes, en definitiva la innovación. Cuando esto ocurre, si además somos el primero en posicionarnos en la mente del cliente, el éxito está garantizado.

Por el contrario si esa novedad no supone, mejora o solución alguna, está abocada al fracaso. La realidad nos muestra que más del 80% de los nuevos lanzamientos de productos, fracasan antes del primer año de vida.

En la sociedad y momento que vivimos, en continuo cambio, a velocidad de vértigo, la innovación es en sí el cambio. Solo hace falta echar la vista atrás 10-15  años, donde no se nos hubiera ocurrido imaginar  blogs,  redes sociales, sms, WhatsApp, etc. como formas  habituales de comunicarnos.

El problema es cuando aplicamos literalmente el significado que da la Real Academia a  innovar “introducir algo nuevo (en una cosa)”.

No basta con introducir algo nuevo, un ingrediente, sabor, color, olor, etc. El verdadero significado de novedad, es ser el primero en ofrecer soluciones nuevas. Los dos motivos fundamentales del fracaso en el lanzamiento de un producto son, que el producto no sea percibido como diferente y que no satisfaga ninguna necesidad.

La pregunta es obvia, ¿nos planteamos como motivo decisorio a la hora de lanzar nuevos productos si estos realmente son diferentes u ofrecen una solución a una necesidad?

O lo que ocurre es que utilizamos la extensión de línea y no la innovación, como una forma de:

·         Intentar dar respuesta a lo que el cliente nos demanda como marca, ser innovadores.
·         Mantener nuestro estatus quo en el mercado, nuestra cuota de posicionamiento y visibilidad.
·         Aparentemente mantener el nivel de producción.
·         Conseguir o mantener espacio en el lineal.

Ahora bien, si el cliente no nos percibe como innovadores, conduciéndonos a una pérdida de imagen como marca, lo que conllevará una reducción en los lineales, que se produzca canibalismo entre nuestra oferta de productos y esto derive en problemas de producción y en nuestra cuenta de explotación, habremos convertido la falsa innovación en un huida hacia adelante. ¿Durante cuánto tiempo?