Leo con atención que
según el CIS ha subido el índice de confianza de los consumidores en España???
Yo diría que se percibe por la calle, la gente va más alegre, más
segura de sí misma y de las promesas de los demás, se nota en el consumo, para
algunos de ellos parece como si estuviéramos en época estival, incluso de
vacaciones o ¿ quizás sea por eso?. No sé…
Sarcasmos aparte,
al final es un indicador económico más, que mide el grado de
optimismo/pesimismo que los consumidores sienten sobre el estado en general de
la economía. Habría mucho que hablar de cómo se extrae dicho indicador y de
cómo se traduce ese índice de confianza en el día a día, pero no es el objetivo
de mis post, al menos de momento, y bueno siempre va a ser preferible un cierto
grado de optimismo.
Pero si me va a servir
como excusa para hablar de confianza del cliente. Uno de los objetivos
prioritarios de cualquier proveedor de productos o servicios es, o debería ser,
obtener la confianza del cliente. La subsistencia de cualquier negocio pasa
inexorablemente por la aprobación, por el visto bueno de sus clientes.
Pero que entendemos por
confianza, si atendemos a la definición literal del diccionario, nos
encontramos con “Esperanza firme que una persona tiene en que algo
suceda, sea o funcione de una forma determinada, o en que otra persona actué
como ella desea” Es la primera parte la que me interesa destacar.
La confianza supone una
suspensión de la incertidumbre, al menos temporalmente hasta que lo
contrastamos con la realidad, respecto a las acciones de los demás, si
confiamos en alguien o en algo estamos creyendo que podemos predecir sus
acciones.
De una manera simple, “Haz
lo que dices que haces” no me traiciones con falsas promesas o interrumpas
de forma inesperada tus buenos hábitos que se ganaron mi confianza en ti. Está
máxima debería estar presente siempre en cualquier interacción que tengamos con
el cliente.
La confianza es algo que
da el cliente, que te has tenido que ganar, no es una condición que te puedas
atribuir de muto propio. Siempre defenderé el priorizar por mantener a tus
clientes fieles, antes de captar nuevos (no son objetivos excluyentes), y no
puedo entender que tanto esfuerzo por conseguir esa fidelidad, esa confianza,
lo tires por la borda. Practica desafortunadamente bastante habitual.
Hay muchos indicadores
de funcionamiento de un negocio, perfectamente válidos y complementarios entre
sí, yo os propongo dos muy sencillos que además de ser un fiel indicador de
confianza, nos darán una imagen muy aproximada de la salud del mismo.
-El incremento de número
de clientes repetitivos.
-El incremento del gasto
de dichos clientes.