El cliente siempre tiene la razón, aunque esté
equivocado.
Definición
de razón: Argumento o demostración que se aduce en apoyo de algo.
Tener razón: estar en lo cierto.
Mi
defensa de esta paradoja está fundamentada en que, con respecto a nuestra
relación con los clientes, al hecho de creer tener razón, independientemente de
que sea así o no pues siempre va a ser su punto de vista, debemos sumarle el
poder de decisión que ellos tienen sobre tu empresa, producto o servicio, con
las consecuencias que ello puede conllevar.
Ahora
bien esto no quiere decir que estemos condenados al inmovilismo.
Como
afrontar esta situación:
1º
Entender el por que de su punto de vista. Siempre hay un por que.
2º
Para ello ponernos en “sus zapatos”. Cambiar el enfoque. No es posible pensar
como un cliente si no actúas como él.
3º
Averiguar donde están las diferencias y cuan grandes estas son.
4º
Ya sabemos que nos separa, ahora debemos averiguar las causas que lo provocan y
dimensionarlas.
5º
Buscar una solución o alternativa. No solo hay un camino, cuando mayor sea el
número de opciones que ofrezcas, mas fácil será encontrar un acuerdo.
6º
Bajo la postura Ganar-Ganar. Para que uno gane, no necesariamente el otro debe
perder. No debemos olvidar a que nos dedicamos y como puede afectar al futuro
de nuestro negocio y resto de clientes.
7º
Saber renunciar, a veces la mejor solución es, que no hay solución. No podemos
querer jugar a todo con las mismas reglas del juego.
8º
Retroalimentación: comprobar que la solución es admitida como tal por nuestro
cliente. Evitar los cierres en falso.
9º
En caso negativo, volver a comenzar el proceso.
Estos
pasos son perfectamente validos, en cualquier tipo de negociación o acuerdo que
queramos afrontar ya sea en el ámbito profesional o personal, no en balde que
es si no, lo que buscamos en nuestra relación con los clientes. Que el cliente “tenga
razón al elegirnos”.
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