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Reflexiones sobre marketing de retail y fabricantes, tras 29 años en una empresa líder de retail y en colaboración con un gran número de fabricantes.


lunes, 13 de octubre de 2014

¿CÓMO INFLUYE LA SITUACIÓN ECONÓMICA EN LOS FORMATOS DE LOS PRODUCTOS?



¿EL CLIENTE APUESTA POR LOS FORMATOS GRANDES O PEQUEÑOS?


En una época de reducción o estancamiento del consumo, un análisis simplista conduciría a pensar en un posible incremento de la venta de productos de gran consumo en formatos pequeños. 

Parece que un menor poder adquisitivo que disminuye los actos de compra y la compra media,  aconseja reducir los formatos de venta. Pero ¿es esa la realidad? O por el contrario ¿Está cambiando la tendencia hacia el consumo de productos en formatos mayores con respecto a épocas anteriores?

Si miramos unos años atrás nos encontramos que en la primera década del siglo XXI, se produce un  descenso paulatino de los componentes del hogar, aumento de los hogares unipersonales y monoparentales, acompañado de un incremento de las 2ª viviendas, en muchos casos con un menor espacio de almacenaje,  todo ello unido a un mayor consumo de productos de características específicas no generalistas, 4º gama, premium, de uso individual.

Recuerdo una queja bastante común por parte de los clientes, hacia los formatos excesivos, cuando la tendencia y necesidades de consumo se encaminaban en otra dirección.

En esta tesitura, la relación entre formato de venta y formato de consumo, fue dirigiéndose a un aumento paulatino de estos últimos, unificándose ambos hacia la venta de formatos menores. El sobre coste o valor añadido que esto suponía, según la óptica de cada cual, era en líneas generales bien aceptado por parte del cliente.

¿Cómo está afectando la actual realidad socio-económica al formato de los productos?. 

Por una parte el descenso del número de componentes por hogar continua,  2,53 en el 2013 frente a los 2,58 del 2012, a lo que debemos añadir que ya el 24,2% de los hogares lo componen un solo miembro. 

Pero existe otra realidad en paralelo, el descenso de poder adquisitivo, y con ello recortes en el gasto, de lo que no están exentos los productos de gran consumo.

Ahora bien, surgen o se amplían otras vías de negocio, sirva como ejemplo el trasvase de consumo de ocio a consumo en el hogar.

Esta circunstancia está incidiendo en un aumento de  formatos de venta mayores, indicar como referente que por primer año el consumo de cerveza en bote ha superado la venta de cerveza de grifo. Situación propicia para la venta en maxi packs, ahorro, regalo promocional, etc. Que es extrapolable a otras categorías de producto.

¿Cómo actuar ante esta situación tanto fabricantes como retailers? No estaría de más que nos hiciéramos las siguientes preguntas:

  • ¿Reducir los formatos para mostrar un pvp menor? .Pensar que la influencia del coste percibido por el cliente (coste por unidad de venta, que no facilita la comparativa homogénea por volumen) va a inducir al cliente a la compra de productos de formatos menores, es bastante iluso, además de menospreciar la inteligencia de los cliente
  • ¿Primar la venta de uno de ellos? Estamos repercutiendo los costes del proceso de fabricación según los formatos en el pvp .Hay una relación proporcional y lógica entre ambos o al primar uno de ellos, lo que estamos produciendo es una huida hacia adelante. 
  • ¿Cómo me mido, por venta en unidades de fabricación o por volumen? Ambas erróneas si no tenemos en cuenta la resultante. 
  • ¿Cómo incide la convivencia en los lineales de productos en promoción (mayor formato) con productos fuera de ella?.  ¿Cuál es el mensaje que le transmitimos al cliente? ¿Cuál es la imagen de precio de mi producto, si el 70% del tiempo lo tengo en promoción?

En cualquier caso, ser coherente con la situación actual y buscar la mejor acomodación a esta, no significa perder la coherencia en tu empresa y en tus decisiones.



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