En
una sociedad en la que escasean los valores, pretender que “la lealtad” a tu
empresa, marca, servicio que prestas, etc. por parte de los empleados que la
componen, surja de forma espontánea, no deja de ser una utopía.
Nunca
he compartido la postura de quien
confunde libertad de elección como usuario, con la coherencia y el respeto a la
empresa o actividad que realizas. No en vano, otra actitud muestra que estas
renegando de aquello que eres participe.
Lo
mismo que no entenderíamos, que un famoso que hace de prescriptor de un
producto, muestre que consume otro de la competencia en público, en una
relación puramente mercantil, sin haber lazos emocionales, de participación,
creación, desarrollo, etc. es menos asumible cuando estos últimos si existen.
Independientemente
de cuales sean las causas, las habrá de
todos los tipos, con y sin justificación, que no entro a valorar al fin y al
cabo esto es un post sobre marketing y no sobre ética, si quiero hacer hincapié en lo que para mi es una máxima
en la venta “La primera persona que necesita creer lo que transmite, es quien
realiza la acción de ventas “
Por
ello, no estaría de más que desde la perspectiva de la empresa, buscáramos
algunas respuestas:
-¿Cuanto tiempo le has dedicado a tu fuerza de
ventas, a que crea en el producto? ¿Esta realmente convencida? ¿Que transmite
su actitud?
-Si eres un distribuidor: ¿Dónde compran tus
empleados? ¿Qué y cuanto uso hacen de la tarjeta de compra del establecimiento?
¿Utilizan los servicios que la empresa ofrece? ¿Cuáles son las razones para
ello?
-Si eres un fabricante; ¿Cuantos de tus empleados
forman parte del panel de clientes en el que testas un producto? ¿Por
que no aprovechar su opinión como usuarios, y además involucrarlos desde
el principio en el negocio?
Esta
forma de actuar en las empresas debe ser sincera, que realmente se crea en
ella, en caso contrario solo se conseguirá una actitud de pose o lo que es peor
un efecto rebote porque el empleado se sienta “obligado”.
Empieza
la batalla de la venta ganándola en
casa, el éxito empieza desde dentro de la organización, difícilmente lo
lograras si ya partes con el enemigo en
casa.
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