EL LIDERAZGO NO SE COMPRA
La ausencia de liderazgo o
falso liderazgo es uno de los motivos más comunes que suelen desembocar en el
fracaso de las organizaciones empresariales.
Cuando hablamos de
liderazgo, debemos hacerlo desde la
premisa de que el verdadero liderazgo no se posee ni en función de tu posición
en la empresa, ni en función de las acciones que de la misma tengas.
En un caso, el de la
posición en la empresa, tendrás un cargo que te dará circunstancialmente, algo
que nunca hay que olvidar, poder en la gestión, en la decisión. En el otro
dispondrás de participación en el capital, posesión empresarial. Lo que ninguna
te da, es liderazgo.
Un verdadero líder lo es
independientemente de su posición. A lo largo de mi trayectoria profesional he
podido constatar como falsos líderes, se diluían tal azucarillo cuando sufrían
un cambio en su posición. También como los verdaderos líderes salían reforzados, en lo personal, en lo emocional
si las circunstancias los llevaban a esta defenestración profesional.
Es líder aquel que consigue
tener seguidores, voluntarios. El que con su forma de actuar arrastra a los
demás. El que es coherente con lo que
piensa, dice y hace. En ese hacer toma una importancia vital el "hacer partícipe"
a los demás, a su equipo.
El hacer partícipe a los
demás, eso sí de forma sincera, tiene un
efecto inmediato de compromiso, que de otra forma es muy difícil por no decir
imposible conseguir. Es frecuente encontrarnos en la gestión empresarial, que a
las primeras de cambio, cuando vienen mal dadas, el "auto impuesto líder"
se encuentra solo.
El falso líder, puede
comprar manos, incluso voluntades, lo que nunca hará es comprar compromiso. El
colmo de los despropósitos es cuando a su vez, este falso líder quiere imponer
otros líderes a los demás, atribuyéndose el poder de inculcar el atributo del
liderazgo.
Mientras que el verdadero
líder busca la excelencia, rodearse de
otros líderes en las distintas competencias que se desenvuelve, el falso líder
tiende a rodearse de mediocridad, para él es más importante mantener su estatus quo, que no le hagan sombra, que
otras consideraciones.
Es en este último supuesto
cuando la máxima “solo puede haber un gallo en un gallinero” toma su mayor
exponente, como defensa, al atribuirse el gallo un atributo que no tiene per
se.
Solemos decir que el éxito
tiene 100 padres y el fracaso es huérfano,
cuando además este fracaso lleva el componente del falso liderazgo, esa
orfandad se ve multiplicada exponencialmente.
¿Qué tipo de organización
empresarial y liderazgo queremos para nuestra empresa? Así como una falsedad no
se convierte en verdad, por mucho repetirla, uno no se auto convierte en líder
por muy grande que sea su cargo o posición.
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