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Reflexiones sobre marketing de retail y fabricantes, tras 29 años en una empresa líder de retail y en colaboración con un gran número de fabricantes.


lunes, 15 de septiembre de 2014

TAMAÑO Y AGILIDAD DE LA EMPRESA



COMO INFLUYEN EN LA TOMA DE DECISIONES


Existe la creencia de que cuando más grande es el tamaño de una empresa, mover la maquinaria de la misma y sobre todo al unísono, es mucho más complicado y costoso,  con la consecuente pérdida de agilidad en la toma de decisiones y la puesta en marcha ante un cambio, (el pez pequeño es más ágil que el grande).

Estoy en total desacuerdo con dicha afirmación. La gran mayoría de mi trayectoria profesional la he desarrollado en una empresa de distribución, en la que una de sus características principales reconocida por proveedores y competidores, es su agilidad ante el cambio. Como muestra de mi afirmación indicaré que la agilidad en esta empresa era infinitamente menor cuando comencé con poco más de 20 puntos de venta, que cuando salí de ella con más de 1400 puntos de venta.

La agilidad no viene determinada en ningún caso, por el tamaño de la empresa, es exclusivamente un tema mental y de estructura, y además por este orden.

La premisa fundamental es partir de la posición mental de que estamos obligados a un cambio continuo, bien para corregir errores propios e introducir mejoras, bien porque la dinámica, evolución, competidores, etc. nos conduce a ello si no queremos quedarnos fuera de mercado.

La afirmación si algo funciona no lo cambies, es al menos incompleta. Conocer porque funciona, cuales son las causas, cuales las amenazas y su perspectiva y sobre todo ser consciente de que todo tiene un ciclo, te va a predisponer a estar preparado al cambio. En cualquier caso afrontar un cambio con el viento a favor siempre será más fácil.

Una vez estas preparado mentalmente, fácil de decir y complicado de ser coherente con dicho pensamiento, toca pasar a la acción.

Es aquí donde la estructura de tu empresa, es de vital importancia. En la medida que la misión, objetivos, estrategias, etc. estén reflejados en los procesos de la misma y estos sean coherentes con tu misión, si es que los procesos están definidos y estandarizados, porque esa suele ser otra gran carencia, acometer cualquier cambio será menos dificultoso.

Digo menos dificultoso, porque cualquier cambio o introducción de una mejora, va a tener su grado de dificultad, es más, probablemente en su inicio el funcionamiento y los resultados pueden ser peores. No conozco ninguna puesta en marcha ya sea de instalaciones, procesos, acciones, etc. que no haya tenido “problemas” y he conocido unas cuantas.

Lo más dificultoso en una organización es alinear mentalmente en su filosofía a sus integrantes (no confundir con una única forma de pensar, como si de una secta se tratase eliminando de un plumazo el potencial de sus empleados).

Para conseguir dicha alineación la herramienta fundamental es la definición y estandarización de los procesos de la empresa. En próximos post ahondaré en ello.

Para acabar indicar, que no pretendo defender a ultranza el cambio por el cambio y menos cuando no está fundamentado ni en las razones de realizarlo, ni en sus consecuencias. Ahora bien una vez convenimos que este es necesario, preparémonos mentalmente y adecuemos nuestros procesos.

 

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