Coherencia con nuestra
misión, los pequeños detalles.
He
aprovechado estas fechas estivales, en los que fuera de la rutina del día a
día, te puedes dedicar a observar lo que ocurre a tu alrededor desde un punto
de vista mas relajado, para hacer un ejercicio de comparación entre lo que los
negocios, productos e incluso las personas quieren transmitir y lo que
realmente su imagen nos dice de ellos.
Todos
habremos oído, que uno de los grandes inconvenientes de la publicidad exterior,
de la imagen corporativa, del escaparatismo,
del diseño de nuestros productos, de la ambientación, etc., era que
llegado a un tiempo de exposición en el que se alcanzaba su máxima eficacia, esta
se diluía pasando a formar parte del entorno.
Básicamente
comparto el principio y profesionalmente lo he defendido, por cierto con éxito
desigual en función de la cuenta de resultados, otra cosa son los estudios que
establecen como dogma de fe, el tiempo en el que empieza el declive de la
eficacia de una misma imagen, mensaje, logo, etc.
Casualmente
en algunos casos, el tiempo de eficacia del soporte “se ha ido alargando” en función de la situación económica y del
descenso de la inversión publicitaria. Hace ya tiempo que se acabaron las
renovaciones en profundidad de la imagen corporativa, en las que en ocasiones y
en mi modesta opinión se han cometido verdaderos despropósitos, tanto el
resultado como en los costes que han supuesto.
Hoy
no voy a entrar en el tema de cual debe ser el tiempo para que siga siendo valido o eficaz,
que da para mucho y en el que seguro todos tenemos ejemplos en los que “a pesar
de su imagen” el funcionamiento de la
empresa o producto es exitoso y también lo contrario, en el que un buen
continente no puede salvar un mediocre contenido.
Ahora
bien y este es el objetivo de este post, existen pequeños detalles que tienen
que ver con la coherencia de nuestro negocio, con un mínimo mantenimiento, con
un espíritu de servicio, incluso con el cumplimiento legal, que nos puede
afectar de forma decisiva. Sirvan como ilustración los siguientes ejemplos.
- Si hablamos de productos, ¿que me transmite la convivencia de un mismo producto con dos packagins diferentes, en ocasiones de diferentes campañas en productos estaciónales, por mucho que este dentro de fecha de caducidad? Si creemos que el problema es del retail, estamos equivocados.
- Desgraciadamente es frecuente ver, instalaciones, mobiliario, vestuario, cartelería deteriorada y queremos transmitir rotación, frescura, calidad. ??
- Por convicción personal, suelo repostar carburante en estaciones de servicio en los que hay personal llenando el depósito, es mi pequeña colaboración al empleo. Lo que no es entendible, es que tarde mas en repostar que en otras gasolineras. El espíritu de servicio debe ser real no un eslogan.
- Para acabar los ejemplos uno que por absurdo es común, paso todos los días por una peluquería en la que su slogan es “somos estilistas, cuidamos de su imagen” en un luminoso con un dedo de polvo y tierra???. Revisemos nuestra imagen.
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